jueves, 17 de diciembre de 2015

Aquellos cuatro chicos.






     Cuatro caminos había
     como líneas que se cruzaban.
     No encontraban alegría
    pues no la necesitaban.

    Cuatro sombras muy opacas
    de grave y oscuro negro
    no dejaban traspasar
    la luz por el magro techo.

    Aquellos cuatro chicos
     que vagaban sin rumbo
     subieron a los picos
    raudos como el leve humo.

    Y querían alma, y querían vida,
     y querían amor y diversión.
     Pero eso jamás volvió,
    tuvieron su oportunidad,
    que ellos se encargaron
     de desaprovechar.

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